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Lord Garithos, Aliado Temporal y Enemigo en la Campaña de los Elfos Sanguinarios y es un Enemigo Temporal y Aliados Temporal en la Campaña del Azote

 

Othmar Garithos era el hijo único de un barón que gobernaba las tierras fronterizas con Quel'Thalas. Mientras su padre gobernaba desde la localidad de Bosque Negro a orillas del lago homónimo, Garithos se alistó en el ejército como caballero durante la Segunda Guerra, y combatió en Quel'Thalas defendiendo la patria de los elfos frente a los orcos invasores. Pero, estando él en Quel'Thalas, una pequeña banda de orcos se separó del grueso de las fuerzas invasoras, redujo a cenizas su localidad natal y mató a todos sus habitantes a pesar de la valerosa defensa organizada por su señor. La familia de Othmar pereció cumpliendo con su deber, defendiendo los hogares y las vidas de sus súbditos. Othmar culpó a los elfos de la pérdida de su ciudad y de su familia, pues creía que los elfos distraían a la Alianza de su auténtico objetivo, que consistía en defender a la humanidad. Tras la muerte de su padre, Garithos recibió su título y continuó sirviendo en los ejércitos de Lordaeron.

Para cuando se produjo la Plaga de Lordaeron, había alcanzado el rango de Gran mariscal y era el oficial militar de mayor graduación que seguía vivo en la región; su ascenso se debió más al título y la reputación que había heredado de su padre que a sus propias facultades. Separado de la cadena de mando, Garithos reunió un pequeño ejército de voluntarios y civiles, y les asignó la misión que él consideraba propia de la Alianza: la preservación de la humanidad por encima de todo. A pesar del carácter improvisado de sus fuerzas, otros estados reconocieron que Garithos era posiblemente el último vestigio del gobierno de Lordaeron y desde luego el señor de la guerra más fuerte de la zona. Como tal, los oficiales de los estados no-humanos vecinos, como Forjaz y Quel'Thalas, le enviaron ayuda, ignorantes de sus políticas de intolerancia.

A Garithos no le gustaba tener que luchar al lado de elfos o enanos a los que no consideraba dignos de las tareas más importantes. Sin embargo, aunque nunca lo aceptó oficialmente, tenía entre sus filas a un prometedor general miembro de los elfos de sangre de la recién destruida Quel'thanas llamado Kael'thas al que le encomienda la misión de vigilar las caravanas de provisiones que contienen la plaga.

Cuando un gran ejército enemigo, liderado por el Señor del Terror Dalvengyr llega para retomar Dalaran, Garithos dejó a los elfos fuera de la primera línea de batalla y les ordenó vigilar la retaguardia. Había un segundo ejército aproximándose por el este y los observatorios de Dalaran necesitaban ser reparados para entonces. Camino de vuelta a Dalaran, los elfos se encuentran en un río un barco destrozado y ayudan a los supervivientes, los naga liderados por Lady Vashj. Una vez en Dalaran Kael arregla los observatorios. Cuando el acto de ayuda de los elfos a los naga llega a oídos de Garithos, este vuelve al campamento amenazándolos con matarlos si vuelven a prestar ayuda a la 'gente serpiente' en todo despectivo.

Más tarde Garithos envía a los elfos a contener a los muertos vivientes del este pero no les da ningún tipo de ayuda, ni carruajes, ni caballos ni armas, simplemente les dice que 'sean creativos'. Sin embargo la creatividad por sí sola no es suficiente, al verse superados en número Kael ve cerca la hora de su derrota pero inesperadamente aparecen los naga y les devuelven el favor, acabando con los undead y salvando la vida de los elfos.

Garithos regresa justo en el momento en que los naga se están retirando y furioso, decide vengarse de los elfos ejecutándolos por alta traición. Los encarcela en las mazmorras de Dalaran bajo la supervisión de Kassan, antiguo carcelero de Kirin Tor. Poco después, antes de la ejecución, Khael intenta escapar, de nuevo con la ayuda de Lady Vashj a través de un portal y manda a sus hombres a para impedir que escapen aunque fracasan.

Furioso por la deserción de los elfos, Garithos centró sus esfuerzos en hacer retroceder a los undead hacia las Tierras Plagadas. Sin embargo cayó bajo el influjo del Señor del Terror Detheroc, el hermano de Balnazzar y Varimathras, que llegó a controlar su mente y la de sus hombres haciéndolos esclavos de su voluntad. Durante un tiempo sirvieron al bando enemigo hasta que fueron sorprendidos por un ataque sorpresa mientras dormían por parte de Lady Sylvanas y Varimathras que concluye con la muerte de Detheroc y la liberación del influjo mental al que los tenía sometidos. Cuando recuperan la consciencia, aceptan ayudar a Sylvanas a derrotar a Balnazzar y recuperar la capital si tanto ella como su ejército prometen abandonar Lordaeron cuando todo acabe. Ella acepta - aunque no tiene ninguna intención de cumplir con el trato.

El ataque a Ciudad Capital se produce en dos frentes, Garithos y sus hombres se encargan entrar por la retaguardia mientras Sylvanas y Varimathras lo hacen por la entrada principal. Con la ayuda de refuerzos enanos consiguen cumplir su objetivo y finalmente asisten a la "ejecución" de Balnazzar. Tras esto Garithos ordena a Sylvanas que cumpla con su palabra y abandone sus tierras pero la orden que da es la de matarlo, algo de lo que se ocupa gustosamente Varimathras. Los necrófagos se encargan de rebañar las sobras de lo que queda del chamuscado cuerpo de Garithos y su ejército sigue el mismo camino.

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