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Aunque había derrotado a todos aquellos que veía como enemigos, Arthas todavía se veía acosado por el fantasma de Kel'Thuzad. El fantasma le dijo que necesitaba resucitarlo para la siguiente fase del plan del rey Exánime. Para hacerlo, Arthas debía llevar los restos de Kel'Thuzad a la mística Fuente del Sol, oculta en el interior del reino eterno de los elfos nobles de Quel'Thalas.

Arthas y su Plaga invadieron Quel'Thalas y asediaron las desmoronadas defensas de los elfos. Sylvanas Brisaveloz, la general especialista de Lunargenta, luchó con valor, pero Arthas erradicó al ejército de los elfos nobles y luchó hasta llegar a la Fuente del Sol. En un gesto cruel de su victoria, alzó el derrotado cuerpo de Sylvanas como un alma en pena, condenada a una no-muerte interminable al servicio del conquistador de Quel'Thalas.

Por último, Arthas sumergió los restos de Kel'Thuzad en las aguas sagradas de la Fuente del Sol. Aunque las poderosas aguas de la Eternidad se contaminaron por este acto, Kel'Thuzad renació como un exánime hechicero. Resucitado como un ser mucho más poderoso, Kel'Thuzad explicó la siguiente fase del plan del rey Exánime. Para cuando Arthas y su ejército de muertos volvieron al sur, no quedaba ni un elfo vivo en Quel'Thalas. La gloriosa tierra de los elfos nobles, que se había mantenido en pie durante más de nueve mil años, ya no existía.

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