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Durante la invasión de la Legión a Vallefresno, Illidan fue liberado de su túmulo prisión después de diez mil años de cautiverio. Aunque intentó complacer a sus camaradas, pronto volvió a su verdadero yo y consumió las energías del poderoso artefacto de brujería conocido como la Calavera de Gul'dan. Al hacerlo, Illidan desarrolló características demoníacas y un enorme aumento de poder. También obtuvo algunos de los antiguos recuerdos de Gul'dan, especialmente los de la Tumba de Sargeras, la isla mazmorra que se rumoreaba contenía los restos del titán oscuro, Sargeras.

Lleno de poder y libre para vagar por el mundo una vez más, Illidan se lanzó a buscar su propio lugar en el gran plan universal. Sin embargo, Kil'jaeden se encontró con él y le hizo una oferta que no pudo rechazar. Kil'jaeden estaba furioso por la derrota de Archimonde en el Monte Hyjal, pero tenía mayores preocupaciones que la venganza. Sintiendo que su creación, el rey Exánime, se estaba volviendo demasiado poderosa como para controlarla, ordenó a Illidan que destruyera a Ner'zhul y pusiera fin a la Plaga no-muerta de una vez por todas. A cambio, Illidan recibiría un poder increíble y un verdadero lugar entre los restantes señores de la Legión Ardiente.

Éste aceptó y se dispuso de inmediato a destruir el Trono Helado, la cáscara de cristal de hielo en la que residía el espíritu del rey Exánime. Illidan sabía que necesitaría un artefacto poderoso para destruir el Trono Helado. Usando los conocimientos que había obtenido de los recuerdos de Gul'dan, Illidan decidió buscar la Tumba de Sargeras y reclamar los restos del titán oscuro. Reclamó algunos antiguos favores a altonatos y atrajo a los serpentinos naga de sus oscuras guaridas submarinas. Liderados por la astuta Lady Vashj, los naga ayudaron a Illidan a llegar a las Broken Isles, donde se rumoreaba que yacía la Tumba de Sargeras.

En cuanto Illidan se marchó con los naga, la alcaide Maiev Cantosombrío comenzó a buscarlo. Maiev había sido la carcelera de Illidan durante diez mil años y disfrutaba con la idea de volver a capturarlo. Sin embargo, Illidan fue más listo que Maiev y sus Guardias, y obtuvo el Ojo de Sargeras a pesar de sus esfuerzos. Con el poderoso Ojo en sus manos, Illidan viajó a la antigua ciudad de magos de Dalaran. Fortalecido por las líneas de poder ley de la ciudad, Illidan usó el Ojo para lanzar un destructivo hechizo contra la ciudadela del rey Exánime, Corona de Hielo, en el lejano Rasganorte. El ataque de Illidan destrozó las defensas del rey Exánime y resquebrajó el mismo techo del mundo. En el último momento, el hechizo de Illidan fue detenido cuando su hermano Malfurion y la sacerdotisa Tyrande llegaron para ayudar a Maiev.

Sabiendo que Kil'jaeden no estaría contento con su fracaso al destruir el Trono Helado, Illidan huyó a la baldía dimensión conocida como Terrallende: los últimos restos de Draenor, el antiguo mundo natal de los orcos. Allí planeaba eludir la ira de Kil'jaeden y preparar sus siguientes movimientos. Después de su éxito al detener a Illidan, Malfurion y Tyrande volvieron a su hogar en el bosque de Vallefresno para cuidar de su pueblo. Maiev, sin embargo, no abandonó tan fácilmente y siguió a Illidan hasta Terrallende, decidida a llevarlo ante la justicia.

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