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Akama, Aliado en la Campaña de los Elfos Sanguinarios

 

Akama era un draenei amable pero de caracter rocoso que una vez fue el guardián del Templo de Karabor. Cuando los orcos de Draenor fueron esclavizados por la Legión Ardiente no tardaron en asaltar el templo. Akama fue el encargado de llevar a cabo la evacuación de la mayoría de civiles hacia Shattrath donde se mezclarían con los draenei supervivientes. Sin embargo, durante el camino, la caravana de refugiados fueron expuestos a las oscuras energías demoníacas, lo que causó que algunos draenei mutaran y otros sucumbieran a la energía malévola y perdieran la cordura convirtiéndose en los "perdidos".

Akama se fue uno de los afectados y cayó en coma. Los draenei mutantes fueron expulsados de Shattrath y recluídos en campos de internamiento. Tras despertar de su largo sueño, Akama no sentía nada más que desesperación y punzante miedo al futuro. Pero tras ser testigos de los actos de Nobundo, invocando a los elementos para que salieran en su defensa, Akama volvió a tener un sentimiento en que él creía muerto. Sintió esperanza. 

Años más tarde, tras el colapso de Draenor, Akama se convirtió en un sabio líder para los tábidos supervivientes que se vieron abocados hacía una batalla perdida contra el Señor del Foso Magtheridon y su ejército de demonios y orcos viles que poco a poco se expandían por Terrallende, invadiendo las tierras que ahora habitaban los refugiados.

Sin embargo, Akama encontró unos extraños compañeros de viaje que le ayudaron cuando todo parecía perdido. Por un lado el Príncipe Kael'thas de Quel'Thalas y por otro lado la Lady Vashj, que habían llegado desde Azeroth escapando de sus captores humanos. Ambos destruyeron las bases de orcos que estaban asediando el campamento base de Akama y se aliaron para luchar contra Magtheridon.

Akama, que en ese momento vio a sus salvadores como fuerzas del bien, juró lealtad a Illidan y juntos atacaron los campamentos de orcos más importantes, manteniendo al enemigo ocupado mientras Kael'thas e Illidan cerraban los portales dimensionales que abastecían de constantes refuerzos a Magtheridon. Tras conseguir su objetivo, llegó la hora de enfrentarse al Señor del Foso en su propia casa: la Ciudadela Negra.

Usando sus habilidades de sigilo, Akama y un grupo de seguidores, consiguieron infiltrarse en la ciudadela y destruir los generadores de energía que sustentaban las defensas del emplazamiento lo que propició el ataque final de Illidan, Kael, y Vashj sobre el lugar y la posterior derrota de Magtheridon.

Cuando Kil'jaeden apareció y ordenó a Illidan destruir el Trono Helado, Akama permaneció en Terrallende mientras sus aliados se marchaban a ocuparse de sus asuntos en Azeroth. En este momento Akama se dio cuenta de quién manejaba realmente los hilos detrás de Illidan, nada menos que Kil'jaeden, un eredar que había contribuido a la casi extinción de su propia raza original, los draenei. Fue entonces cuando Akama sintió que su nuevo amo no era mejor que el anterior y en secreto, comenzó a urdir un plan para traicionarlo cuando llegara el momento oportuno. Cuando Illidan regresó a Terrallende, Akama fue el encargado de custodiar la celda donde quedó prisionera Maiev Cantosombrío, la antigua carcelera de Illidan que ahora veía cómo los papeles de carcelero y encarcelado se habían invertido. Juntos, decidieron unir sus fuerzas en secreto para derrocar a Illidan y penetrar en el Templo Oscuro ayudados por los aventureros de Azeroth.

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